Eres totalmente asombroso,
no se si e lo consideras,
si te juzgas a ti mismo,
si apenas crees en mis palabras....
pero estoy seguro de que no pude haber tenido mejor maestro que me enseñara.
Son de aquellos que son tan brillantes
que te enseñan lo que un libro de ética, lógica y literatura
seria incapaz de hacer que aprendieras.
Abriste mis ojos de maniático al mundo,
pasaste tardes enteras hablando me de la ineptitud de la gente
de sus errores los que yo no debía de cometer.
Y aunque la mayor parte del tiempo curaste mis males emocionales
nunca podrás arreglar a este cuerpo destrozado.
Este mismo que reposa en las penumbras de las noches con luna radiante,
el que se queja con lamentos en silencio
llegando a tal punto de aprender a vivir con ardores que queman.
Hace tanto que no te veo
sintiendo vacía una mitad de mis sentimientos
tratando de recordarte como eras,
sin remedio luchando contra mis pensamientos de loco.
Y finalmente extrañandote, a ti Padre
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