domingo, 26 de septiembre de 2010

La penumbra de una madrugada

Regresaba,
mire el reloj y suspire,
1:30 AM
estaba tan cansado que casi no podía ponerme de pie
pero aun así quería ver la luna
quería congelar ese momento para siempre
como el momento en el que sentí un reconfortan te calor en mi pecho
mariposas en el estomago
y supe que... realmente podía amar de nuevo.

Daba vueltas y reía plenamente,
daba uno que otro vistazo
a esos ojos oscuros que no paraban de mirarme
y con las luces multicolor reluciendo en la oscuridad.