Él caminaba lentamente por la calle y estaba lloviendo, las personas corrían a tomar refugio pero él solo las miraba, vestía un uniforme de instituto y llevaba una mochila en su mano derecha. Finalmente llegó a su hogar entró y dejó sus zapatos y su mochila al lado de la puerta, fue a verificar la casa, pero no había nadie como siempre.
Subió a su habitación y se sentó en la cama, su mirada expresaba soledad y tristeza, estuvo así por un largo rato hasta que escuchó una voz en el nivel de abajo.
-Alexander!! ya estoy en casa!!!
Miró el reloj, ya era muy tarde aunque solamente se dejó caer en la cama y en muy poco tiempo se quedó dormido.
No duró demasiado porque la alarma lo despertó, otro día desperdiciado pensó estirándose con desgano, se cambió y bajó dirigiéndose a la puerta.
-Alexander!! no vas a desayunar?!!
-No, tengo hambre...
-Porque!! Alexander no es como Sam!!! -gritó de forma agresiva
Él sabía que si su madre gritaba se tenía que ir lo mas rápido posible así que se apresuró a salir, estaba algo desconcertado porque su madre siempre lo comparaba con su hermano fallecido.
Llego al instituto, por suerte no habían empezado las clases aunque eso no cambiaba que su día no iba a ser el mejor de su vida. alexander miraba hacia la ventana e imaginaba el lugar mas hermoso del mundo, un lugar llamado Wonderland, era su fantasía poder conocer un lugar tan perfecto y mientras veía el mundo pensaba con una gran alegría -Las personas creen estar demasiado alejadas de sus sueños pero en realidad están a un paso de conseguirlos y de poseer su propio wonderland...